viernes 26 de abril de 2024

CINE

El periodista que imaginaba demasiado

En mayo de 1998 se dio a conocer el caso de un cronista de The New Republic que había mentido sistemáticamente en sus artículos. Se llama Stephen Glass, y en 2003 la película El precio de la verdad relató su historia.

El periodista que imaginaba demasiado
sábado 03 de septiembre de 2016

Stephen Glass era el periodista estrella de La Nueva República cuando descubrieron que mentía. Tenía 26 años y más de la mitad de los 40 artículos que le habían publicado eran, en su totalidad o en buena parte, producto de su imaginación.

No se trataba de pequeños detalles de color; creaba historias desmesuradas y se las vendía a sus jefes y compañeros como verídicas. Lo trataban con devoción, y muchos querían ser como él. Hasta que en mayo de 1998 publicó El cielo de los hackers, la que él mismo calificó como su mejor nota.

Shattered glass es un juego de palabras con el apellido del protagonista -Glass=vidrio- y shattered, que es roto o trizado. Es, también, el nombre de la película del director Billy Ray que relata el ascenso y ocaso -sobre todo- de este cronista. Acá la conocimos con el insípido El precio de la verdad.

 

En 2003, cuando se estrenó, Ray venía de adaptar La guerra de Hart, de John Katzenbach (esa de Bruce Willis como prisionero de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial) y de participar del guión de la olvidable Volcano (1997). Entonces quiso probar suerte como director y tuvo un arranque prometedor. Pero debutó en primera y a los tres partidos se desinfló.

Filmó en 2007 una película tolerable sobre espías (Breach, con el gran Chris Cooper) y se fue definitivamente a la banquina con la versión yanqui de El secreto de sus ojos el año pasado.

El precio de la verdad está bastante bien. Presenta a Glass como un tipo miserable, que habla mal de todos, que hace lobby permanentemente y a quien le encanta victimizarse. Pero despierta cierta empatía cuando está contra las cuerdas y desesperadamente va creando mentira sobre mentira para cubrirse. La calamidad es inminente. La caída es inevitable y el golpe, muy duro. *

Había conseguido burlar un método riguroso y mecánico de corrección y verificación de datos. Sus crónicas estaban saturadas de datos imposibles de chequear. La única forma de comprobar si lo que contaba efectivamente había sucedido era a través de sus apuntes. Nunca le había salido mal, pero con El cielo de los hackers no tuvo tanta suerte.

Esa crónica relataba cómo una empresa había contratado y cumplía todos los caprichos de un adolescente que había logrado violar su sistema de seguridad on-line. Cuando se publicó, los jefes de Adam Penenberg, un periodista de Forbes digital, lo reprendieron porque no lo había publicado en su medio. Y empezó a investigar. Y fue como estornudar frente al castillo de naipes que había armado Glass. No existía la empresa, ni el adolescente. Penenberg, cuando lo descubre, le dice a su superior: "Aparentemente habría un dato cierto en la nota: existe un estado que se llama Nevada". 

No pocos de los que escribieron sobre el escándalo consideran que, en realidad, este periodista fue víctima de un sistema hipócrita que promueve jóvenes de pluma irreverente y los presiona para que produzcan en cantidad y calidad, les exige talento para después caerles encima con furia si se equivocan.

Glass dejó el periodismo, escribió un libro contando su versión de los hechos y, finalmente, encontró una profesión en la cual la mentira no se reprime con tanta vehemencia. En 2011 obtuvo su permiso para ejercer la abogacía. 

 *Una película francesa de 2015 -Un homme idéal- genera exactamente el mismo efecto. El protagonista es un aspirante a escritor que encuentra un manuscrito sobre la guerra de Argelia y lo publica con su nombre. Es un éxito inmediato. Fama y dinero no tardan un segundo en abrazarlo. Salto temporal de tres años. Se gastó lo que tenía y los adelantos de un nuevo libro que no puede escribir. Un conocido del verdadero autor lo extorsiona y, su mujer, que él cree que lo abandonará si sabe la verdad, le cuenta que está embarazada.

Neuquén Al Instante

 

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