jueves 25 de abril de 2024

CINE

Cómo conquistar una sola mente

Republicanos y demócratas intercambian plataformas de campaña para lograr el voto de un solo hombre en Swing vote. Mientras, un militar despierta en el 2505 y es el hombre más inteligente del mundo.

Cómo conquistar una sola mente
sábado 19 de noviembre de 2016

Joe Bauers es militar y atiende una biblioteca ubicada en el sótano de una dependencia del ejército que tiene tantas visitas como lectores esa fuerza. Es decir, pocas. Su día laboral consiste en mirar televisión con los pies sobre su escritorio, hasta que sus superiores lo obligan -porque rechazó ser voluntario- a ser el sujeto de un proyecto de investigación que consiste en congelarlo por unos años para tener precisiones sobre el tiempo que el cuerpo humano soporta en ese estado.

Poco tiempo después cancelan la investigación, cierran la dependencia y nadie se acuerda de él.

Hiberna durante 500 años y cuando despierta se encuentra con una sorpresa: es el hombre más inteligente del mismo. No porque el frío haya actuado de manera misteriosa sobre él. El cambio se produjo en los demás y lo que encuentra es producto de una curva evolutiva marcadamente descendiente.

En Idiocracy (2006) los habitantes de ese Estados Unidos distópico han elegido como presidente a un ex luchador, pero podría haber sido un empresario xenófobo y misógino, y hubiera resultado tan profética como si se hubiera hecho una película similar en nuestro país hace una década. 

A veces sucede que pequeñas verdades se esconden en comedias intrascendentes. Dos años después se estrenó Swing vote, con un protagonista que tiene mucho en común con Bauers. Bud Johnson vive en un pueblo perdido de Nuevo México y, por un error en las máquinas que procesan los votos y un virtual empate entre el mandatario republicano que va por la reelección y el candidato demócrata, debe repetir su sufragio para definir el próximo presidente.

Johnson trabaja en una empaquetadora de huevos rodeado de inmigrantes mejicanos y vive con su hija de 12 años. Ella es la encargada de sacarlo inconsciente de los bares después de su jornada laboral.

Los candidatos se instalarán en Téxico para convencer a Bud. “Tenemos que conquistar una solo mente”, dice el asesor principal del presidente a su equipo. A ninguno le importará la forma de hacerlo y el más puro pragmatismo que sepultará cualquier pretensión ideológica.

Si el protagonista dice que le gusta pescar en el río que atraviesa su pueblo, el presidente olvidará el proyecto para desviarlo que quiere ejecutar una de las empresas que aporta dinero a su campaña. Los demócratas lo acusarán de robar su plataforma porque “nosotros somos el partido ecologista” y filmarán un spot contra la inmigración cuando Bud acuse a los mejicanos de robar los puestos de trabajo de sus vecinos.

“Pero nosotros apoyamos el proyecto pro inmigrantes. Es la base de nuestro partido”, le dice el candidato demócrata a su jefe de campaña, que le responde: “Ya no tenemos base, Bud es nuestra base. Si este tipo se preocupa por la inmigración y quieres ganar, ve y destruye la Estatua de la Libertad”.

Entonces veremos republicanos a favor del matrimonio igualitario y demócratas oponiéndose al aborto. “Estás hundiendo América”, le dice a Johnson su hija.

En su última media hora este tono de parodia termina de repente, cuando a Bud lo encaran sus vecinos y le recuerdan que “ellos se van a ir y vamos a estar tan mal como antes”.

Entonces todo se pone demasiado serio, y Swing vote, en lugar de reírse de sí misma, se impone el deber de darnos una lección de civismo. Y entonces le habla a los espectadores como si fueran habitantes del año 2505.

 

 Neuquén Al Instante

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