jueves 18 de abril de 2024

OPINIÓN

Rusia: Recuperar el territorio perdido

Sobre finales de febrero Vladimir Putin realizó una gira de tremenda importancia política por el Asia Central. Durante tres días, el Presidente ruso tuvo una intensa agenda de trabajo en Tayikistán, Kazajistán y Kirguistán.

Rusia: Recuperar el territorio perdido
lunes 20 de marzo de 2017

Encuentros diplomáticos, reuniones a puertas cerradas y conferencias con la prensa especializada, fueron algunos de los tópicos comunes en cada país. Eso, y la reiterada referencia a la “estabilidad económica” y “cooperación militar”. La pregunta cae por su propio peso ¿qué busca Rusia en las ex Repúblicas Soviéticas de Asia?

Rusia es un país grande. Extremadamente grande. Al menos en lo territorial. Poblacionalmente es el país más grande de Europa, pero visto desde Asia, es menor que China y la India. En relación a los BRICS, es la economía más rica. Respecto de los Estados Unidos, la segunda potencia nuclear. Tiene bien ganado su lugar en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y luego de su intervención en Siria, parece haberse convertido en el verdadero garante de la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, nada de esto parece suficiente. Ahora busca retomar el “control” de los territorios abandonados.

“Cuando nos referimos a Asía Central hablamos, principalmente, del cordón de naciones que se encuentran entre el Suroeste ruso y el Oeste próximo de China. Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán, además del sufijo que identifica sus procedencias[1], comparten mucho entre sí: fueron el corazón de la ruta de la seda, el bastión de defensa sur de la URSS y hoy, uno de los principales reservorios de recursos naturales de Eurasía.”

Luego de la caída del muro de Berlín, Rusia perdió el control de cuatro zonas de enorme capital geo-estratégico” dice Gabriel Merino, Sociólogo de la Universidad Nacional de la Plata. “Europa del Este, todo lo que va desde Ucrania a los países bálticos, el Ártico, el Cáucaso y Asía Central. Viéndose agredido por la OTAN y Estados Unidos desde la frontera Europea y teniendo la región del Cáucaso siempre inestable, no es de extrañar que Putin quiera empezar a recuperar áreas de influencia.”

                                   : Éstos países modernos, devenidos en repúblicas independientes luego de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) están unidos por una historia y religión común (el islám) que los regionaliza.

Éstos países modernos, devenidos en repúblicas independientes luego de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) están unidos por una historia y religión común (el islám) que los regionaliza. 

En un mundo que reclama cada vez más alimentos, Asia Central produce enormes cantidades de avena, cebada, centeno y girasol. Es también una región de altísimo valor energético, posee notables reservas hidrocarburíferas y grandes centrales hidroeléctricas. Es decir, tiene agua, carbón, petróleo y gas. Todo los que los países en expansión precisan para consolidar su desarrollo. Incluso tienen oro, uranio y cobre.

De acuerdo a los datos más recientes de la Unión Económica Euroasiática (UEE), una suerte de “mercoURSS” integrado por Rusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Bielorrusia, las repúblicas centro-asiáticas aportan en la mesa de intercambio un 14.6% de petróleo, un 16,6% de gas, un 5% de energía hidroeléctrica y un 6% de carbón.  En términos sociales, este cordón depende mucho de los ciclos rusos. Año a año, miles de trabajadores de la región viajan al gigante euroasiático en busca de trabajo y remesas. A los ojos históricos son rusos, e integran el sexto de habitantes musulmanes que tuvo la URSS.

“La relación de Rusia con las ex repúblicas soviéticas, es principalmente una relación de orden vertical”dice Ariel Petruccelli, historiador de la Universidad Nacional del Comahue. “Hay una relación heredada desde el Imperio Ruso que parece volver a escena. El proyecto de la Gran Rusia, incluido el escudo hacia el sur es una disputa dormida desde la caída del muro. Pero que en el imaginario social ruso está siempre presente.

                            

 En Tayikistán se encuentra la base 201 Rusia que Dusambé consiente como elemento a favor de su inclusión en la UEE. Kirguistán tiene una base militar rusa de 4 componentes (sismologico, áerea, naval y de entrenamiento). 

No es de extrañar entonces que la “seguridad” y la “cooperación militar” que Putin planteó con sus pares tayiko, kazajo y kirguís, incluya la presencia y reguardo de las bases militares rusas en la región. Moscú argumenta que el avance de extremistas religiosos (leasé musulmanes sunníes) desde Afganistán y Pakistán, amenazan la seguridad nacional y justifican la presencia de las Fuerzas Armadas en la región. Bajo este argumento, las Repúblicas Centro-Asiáticas han heredado bases militares, algunas de ellas de alta “complejidad” y capacidad operativa, como las de Tayikistán y Kirguistán. Y las han mantenido, no sin resistencias.

La “estabilidad económica” de Putin, se entiende desde la lógica de la Unión Económica Euroasiática. Su discurso, ante los medios de los países que lo recibieron, estuvo plagado de compromisos de crecimiento, empleo y desarrollo. En países de alta desigualdad, “la generación de puestos de trabajo a partir de los beneficios del intercambio comercial” es visto como una panacea. El presidente ruso tiene ejemplos a la mano: “miren a Bielorrusia y Ucrania”, dice al periodismo en Kirguistán. El primero está en las filas de la UEE y crece. El otro no.

La “cooperación militar”, se vuelve un poco más compleja. Rusia no quiere desaparecer de la zona. Más allá de la presencia de elementos terroristas desde el sur, geo políticamente, la jugada responde a un reposicionamiento a largo plazo. Moscú busca ampliar su área de influencia y ve en el repliegue de Trump una oportunidad para consolidarlo. Si occidente se “retira” y el recelo para con los chinos se mantiene, no hay otro jugador de peso que pueda ser contendiente en su estrategia.

Todo está por verse.

  [1]     El sufijo “stan” significa “tierra de...”; así Kazajistán es la “tierra de los kazajos”, Kirguistán la “tierra de los kirguises”, etc. 

 

Neuquén Al Instante

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