sábado 20 de abril de 2024

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Con fibra neuquina

La hilandería "Huellas" proyecta una línea textil y su planta propia en este 2019.

Con fibra neuquina
miércoles 02 de enero de 2019

Hay un hilo que nace en Moquehue, sigue por Aluminé, se extiende a Chos Malal, y llega hasta Centenario. En marzo, o a más tardar en abril, llegará al Mercado Concentrador de Neuquén.

Es el hilo de Huellas, el hilo de un sueño, de una historia familiar que empezamos a desenredar junto a María Eugenia Ruiz, una de sus cofundadoras.
Cuenta que todo nace junto a sus padres, Cecilia Palavecino, mendocina de cuna pero neuquina de alma y Juan Carlos Ruíz, de Buenos Aires aunque ya lleva más años en el sur que por aquellos pagos. 

María Eugenia recuerda que Huellas nació con una herencia: su madre recibió en el año 2000 un campo en Moquehue. Dice con orgullo “ella es la locomotora, el motor de tracción de todo esto, al recibir el terreno nos preguntamos cómo podíamos aprovecharlo. La idea fue buscar alguna alternativa sustentable para trabajarlo. La verdadera pionera en eso fue mi mamá. Siempre dice que Moquehue es su casa, y en esa zona ella había visto, hace muchos años atrás, llamas y por eso decidió ponerse a estudiar el tema. Todos asociamos a este animal a la puna, al norte argentino, pero no. Aparte, investigando se dio con que es un animal que no depreda ni degrada el suelo, por lo que preserva el medioambiente. Coincidió que en esa época, crecía la industria de hilados con fibra de camélidos. Eso nos dio la idea para empezar a desarrollar nuestro modelo de negocio. Compramos las primeras llamas, hicimos la primera esquila y ahí conocimos la hilandería de Chos Malal, una planta de hilados que pertenece a la provincia”.


En el inicio, criaban las llamas, las esquilaban y el vellón o lana era llevado a Chos Malal, a la “Hilandería del Norte Neuquino”. A medida que el emprendimiento fue creciendo, empezaron a crecer también las ambiciones y ya soñaron con una hilandería propia. Dio la casualidad que surgió la posibilidad de tomar la administración privada de la planta “del Norte Neuquino”. Presentaron un proyecto al gobierno de la provincia y así nació Huellas, en el 2016. “Nos fuimos metiendo en un mundo mucho más amplio de lo que nosotros habíamos imaginado o proyectado. De a poco se fue incorporando nuevas fibras, siempre propias de Neuquén, conocimos a los crianceros del norte, conocimos a tejedoras locales. Empezamos a armar un proyecto un poco más ambicioso, donde armamos una verdadera cadena de valor que reúne a todas estas personas y logramos un producto con identidad 100% neuquina. Al inicio trabajamos sólo con hilados de llama 100%, pero poco a poco fuimos incorporando otras fibras de origen animal: merino, corriedale, lana criolla, mohair, cashmere y guanaco”.

María Eugenia detalla que el proceso de hilatura que realizan en la planta se hace con tecnología que permite diferenciarse del hilado artesanal. “Tenemos maquinarias que permiten tener un hilado suave al tacto, que derriba el mito que dice “la lana pica” sin perder las cualidades de lo natural”. Entre sus productos se destaca la línea Domuyo, hilados hechos con cashemere del norte neuquino, y fue el origen de la hilandería en Chos Malal.

Ellos si que dan puntada con hilo, “nuestra visión es llevar al mundo un producto que muestre la cultura y las tradiciones de nuestra gente. Neuquén es uno de los pocos lugares donde todavía existe la trashumancia, la veranada y el arreo. Queríamos transmitir en nuestros productos esa tradición. Nuestra materia prima proviene de crianceros que los ves por ahí en el campo arriando cabras u ovejas. Son ellos a quienes les compramos, no apuntamos a la gran industria, nuestros proveedores directos son ellos” explica María Eugenia.

Luego amplía “la sustentabilidad no sólo va en el cuidado del ambiente sino también en el impacto social que generamos. No somos como las grandes marcas que mandamos a talleres de Buenos Aires a tejer en cantidad. Nosotros trabajamos con grupos de tejedoras que en general son señoras que por diversos motivos no pudieron insertarse en el mundo laboral formal. Nosotros las buscamos y las hacemos parte del proyecto, las animamos a sumarse aunque nos digan que ellas sólo tejen para sus nietos”.

Entonces, María Eugenia define al emprendimiento diciendo: “Huellas somos mis viejos y yo. No vas a ver un gran monstruo empresarial ni a mucha más gente. No nos interesa que eso cambie porque no queremos perder de vista lo que queremos transmitir. Queremos que sea un ganar para todos, para la tejedora, el criancero y la diseñadora, cada uno de los eslabones de esta cadena productiva”.

Para ello, trabajan punto a punto “en nuestro trabajo no hay ninguna fórmula secreta, simplemente hacemos algo que muy pocos empresarios hacen hoy: vamos y recorremos nosotros los parajes. No mandamos a nadie. En la época de verano, vamos y recorremos el norte neuquino. Es ir y hablar, cara a cara, con los crianceros, las tejedoras, y ahora también diseñadores”.

María Eugenia y su familia están convencidos de la importancia de mantener las tradiciones. “La trashumancia es una cultura neuquina muy propia y que muy poca gente conoce, esta tradición no puede morir ahí, sentimos la necesidad de comunicarla, de transmitirla”.

Huellas se sigue tejiendo, están armando su propia hilandería en el Mercado Concentrador y creen que en el mes de abril ya estará funcionando. “Ahí vamos a hacer el mismo proceso y vamos a incorporar lo que es teñido con tintes naturales. También lanzaremos este año una marca, “YMMA”, de confecciones realizadas por diseñadoras locales. Queremos fusionar el trabajo de las tejedoras, utilizando los insumos naturales que nosotros producimos en la hilandería, incorporando ese toque de diseño que notamos que falta y que la gente valora muchísimo”.

Aunque tienen su showroom en Centenario, María Eugenia reconoce que aun no lograron instalarse en el mercado local "tenemos todos los productos terminados, tejidos, hilados y artesanías de las mujeres de Chos Malal. Los productos se venden a través de internet, sobre todo el país, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe son los lugares donde más hemos vendido y tenemos intenciones de abrirnos al exterior también". 

La trama es mucho más grande, Huellas ha logrado unir a emprenderes de distintos rubros para tejer una red de trabajo y economía sustentable, defendiendo cada punto del entramado y valorando cada hilo de la historia y del quehacer neuquino. 

 

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