jueves 18 de abril de 2024

GURMETEANDO

Un pan con glamour francés

Los amantes del pan ya consideraban a la baguette como un alimento imprescindible en su dieta diaria y hasta en su estilo de vida. O, como definió hace unos meses el propio presidente francés, Emmanuel Macron: «250 gramos de magia y perfección en nuestra vida cotidiana».

Un pan con glamour francés
martes 13 de diciembre de 2022

Pero ahora, la UNESCO acaba de reconocer a la artesanía y la cultura de la baguette como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Esto significa que se trata de una práctica, expresión, saber o técnica transmitida por las comunidades de generación en generación. Y que, además, proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad, por lo que es necesario que la tradición se proteja y prevalezca en el tiempo.

La cultura de la baguette está muy extendida en Francia, pero también en España y otras partes del mundo. Las cifras hablan por sí mismas: sólo en Francia se producen casi 6 mil millones de baguettes al año. Este tipo de pan se diferencia de otros en que se compone de cuatro ingredientes: harina, sal, agua, masa madre y/o levadura.

Y tal y como destaca la UNESCO, se requieren unas habilidades y técnicas especiales: se hornea a lo largo del día en tandas pequeñas y el resultado final variará según la temperatura y la humedad. Eso sí, siempre quedará crujiente por fuera y esponjoso por dentro.

Por eso, a nadie le ha pillado por sorpresa este reconocimiento. De hecho, se espera que este galardón revalorice las panaderías tradicionales francesas, que desde 1970 han visto cerrar más de 400 panaderías artesanales cada año.

Igual que la baguette, otras tradiciones culinarias también han sido reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la humanidad este 2022. Así, la harissa, un condimento a base de puré de pimiento rojo, ha sido protegida por formar parte de las provisiones domésticas y de las tradiciones culinarias y alimentarias cotidianas de la sociedad de Túnez. Mientras que el Mansaf, un plato festivo con pan, arroz y carne colocados en una bandeja y adornados con almendras fritas y desecadas, ocupa un lugar central en los eventos socioculturales de Jordania.

La Dieta Mediterránea obtuvo también esta protección en el año 2013, reconociendo así que se trata de un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, y también con la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos en países como España, Italia, Grecia, Chipre, Croacia, Marruecos o Portugal.

¿Veremos en 2023 alguna otra tradición culinaria española como la tortilla de patatas, la paella o el gazpacho recibiendo este reconocimiento de la UNESCO?

Este artículo publicado en la revista Tapas Magazine a poco de conocerse la decisión del organismo internacional también nos lleva a interrogarnos acerca de sí nuestro mate o de nuestro asado llegaran a ser reconocidos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El mate bien podría ser reconocido porque además es una tradición compartida en casi toda América del Sur. Pensando en que otra costumbre, plato o alimento nos identifica y yendo un poquito más allá me interrogo si los granos y los alimentos pre coloniales serán en algún momento tomados en cuenta como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

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