2016-09-17

CINE

¿No te parece que estás pasando demasiado tiempo con mi mujer?

William Friedkin no conocía personalmente a Harry Connick Jr. cuando el cantante -y esporadicamente actor- se le acercó durante una cena en Las Vegas y le dijo que amaba sus películas y que le encantaría tener un papel en una de ellas. Friedkin lo escuchó y supuso que jamás lo llamaría. En cambio, sí le habría gustado llamar a su esposa -"extremadamente bella", recordaría tiempo después- que no paraba de preguntarle con devoción detalles sobre la filmación de El exorcista (1973).
 
El director respondía animoso y con gestos desmesurados le contaba más de lo que habría confiado a cualquier otro admirador. Hasta que el bueno de Harry agarró una de sus manos, lo miró fijó y le espetó: "William, ¿no te parece que estás pasando demasiado tiempo con mi mujer?". Ese gesto duro que destilaba amenaza lo convenció de que era el tipo que necesitaba para su próxima película:Bug (2006).
 
                           
 
Fueron ella y Killer Joe (2011) los opus que permitieron a Friedkin recuperar el respeto de sus incondicionales, que aguantaron 30 años de películas malas -más de una-, regulares -la mayoría- y buenas -casi ninguna- de un realizador que pertenece a la camada setentista de Scorsese y Coppola. 
 
La clave fue haberse cruzado con el escritor Tracy Letts, responsable de las dos obras de teatro en las que se basaron ambas. Fue él también quien las adaptó para la pantalla grande. 
 
Friedkin dijo alguna vez que se sentía atraído por el comportamiento humano extremo. Los personajes creados por Letts en Bug y Killer Joe respetan esa máxima. "No estoy interesado en hacer una película sobre alguien que se levanta a la mañana, desayuna una taza de café, va al trabajo, no tiene problemas, tiene una bella familia y cuida de ellos". 
 
Bug se desarrolla casi en su totalidad en un cuarto de hotel. Son sólo tres personajes: una mujer (Ashley Judd, en el que debe ser el único papel digno que le ofrecieron en su carrera), un veterano de guerra (Michael Shannon) y un ex marido celoso (el señor Connick Jr.). El nombre (bug es insecto en inglés) se debe a que el combatiente está muy perturbado e imagina que hay miles bichos empeñados en escalar su cuerpo.
 
 
 
Killer Joe es tan claustrofóbica y desbordante de oscuridad como la primera. Tiene el doble mérito de ser una de las películas que convirtieron a Matthew McConaughey en un actor (en)serio y que casi nadie la conozca. En ella, el muchacho que se hizo famoso por comedias románticas excesivamente edulcoradas es un policía que en su ratos libres oficia de sicario y al que un joven contrata para asesinar a su madre. 
 
 

Friedkin suele jactarse de buscar espectadores demandantes. "No me importa si al espectador estúpido no le gustan mis películas, no respeto su opinión, esa no es la audiencia que quiere ser desafiada, solamente quiere sentirse bien, y sentirse bien significa buscar opio para los ojos y nada para la mente".
 
Después de Bug la carrera de Harry Connick Jr. está íntegramente compuesta por películas de esa calaña. De su pareja, desafortunadamente, no sabemos nada más
 
Neuquén Al Instante
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